Domingo, Agosto 7 2011

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Hoy es Domingo, el Día del Señor

Datos del evento
Tipo: 
Celebración
Fecha: 
07/08/2011 - 12:00

DOMINGO XIX DEL TIEMPO ORDINARIO 

Misa a las 12 del mediodía, cantada por los asistentes y con acompañamiento de órgano.

Como siempre, os agradecemos vuestra participación muy valiosa.

La comunidad cristiana de Sant Martí d'Empúries da la bienvenida y recibe con alegría a todos y a cada uno de los visitantes y participantes de cualquiera nacionalidad y religión.

 

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COMENTARIO:

Hablando a solas con el Padre

Jesús sube solo a la montaña para  orar. He aquí el secreto que tanto hemos olvidado. La oración, la conversación personal con el Padre, el encuentro amoroso con quien más nos ama. El encuentro ineludible, inaplazable, insustituible. La cita por la que hay que despedirlo todo.

La oración es la llegada del aire suave que nos reanima y nos sostiene firmes sobre el mar embravecido. Cuando las turbulencias nos sacuden. Y las tentaciones nos atormentan. Y las preocupaciones nos corroen. Hambrientos y sedientos, afligidos y abatidos, alegres y contentos ...  Siempre, siempre, es imprescindible la oración, y debe pasar ante todo en nuestra vida de creyentes.

La oración filial y confiada, hecha asiduamente como Jesús, es como bañarse cada día en la inmensa riqueza de Dios. Porque no nos falte la esperanza. La confianza. La serenidad. La paz.

Ni su gracia que nos transforma. Ni su intimidad que nos penetra. Ni su inmenso amor que nos envuelve.

Porque nuestra vivencia de la filiación divina sea un signo transparente. Que dé sentido a todo. Y un testimonio de transmisión de alegría y vida y comunión, a todos los que lo quieran ver.

Como Elías necesitamos experimentar a Dios en el rumor suave de su silencio para encontrar la luz que guíe nuestros pasos.  Y así, no equivocarnos de camino. El camino que nos lleva a la aventura de servir a los hombres, de atender sus necesidades reales y cotidianas, en nombre de Jesús.  Y obtener la fuerza para seguirlo. Y la perseverancia para mirar siempre adelante, pase lo que pase.

Finalmente, sólo la oración nos enseñará a caminar sobre el agua revuelta. Porque como los apóstoles, también nosotros debemos atravesar la tormenta y remar con viento contrario. Y aprender a perder el miedo. Sabiendo que si oramos, Jesús siempre sale a nuestro encuentro.