IGLESIA DE SANTA MARIA DE VILANERA
El monasterio de Santa María de Vilanera -también llamado Santa María del Puig de Vilanera- fue fundado el año 1328 en el territorio de la parroquia d'Empúries. Sabemos que en el siglo XV ya no existía o había pasado a depender del convento de Sant Bartomeu de Bell-lloc, de Peralada. Sus ruinas se pueden ver en el altozano de Vilanera, muy cerca d'Empúries. Aún la gente de la comarca las señala como las ruinas de "un convento de monjas".
Las ruinas del monasterio de Santa Maria de Vilanera están divididas en dos edificios. En la parte baja de la vertiente del altozano, están los restos de la casa monástica. En la parte más alta, en la cresta, podemos ver los vestigios de la iglesia, que curiosamente está separada de las dependencias monacales. El emplazamiento del edificio, en un lugar alto, hace suponer que servía, al mismo tiempo, de iglesia y de torre de vigía.
De la iglesia solamente queda, en pie, un fragmento de muro, de unos diez metros de largo por cuatro de alto aproximadamente. Se ven en el suelo los fundamentos de otras paredes, pero no se puede averiguar la planta del edificio. El muro conservado, por su situación, parece que era uno de los lados de la nave, pues la iglesia estaría bien orientada. Su aparejo es de piedras grandes, sin trabajar, trabadas con argamasa. Se ven los restos de una pilastra adosada que quizás sostenía un arco. La construcción puede pertenecer, perfectamente, a la época de fundación del convento. Muchas iglesias góticas de la comarca poseen la fachana principal de sillería, mientras los otros muros son de piedras sin trabajar.
El convento, en la parte baja del altozano, está también muy ruinoso. Sus paredes señalan una planta rectangular bastante grande, con vestigios en el interior, de diferentes estancias. Estaba cubierta con tejado de doble vertiente, según señala el contorno superior de un muro, y su aspecto parece ser de alquería. Enfrente del casal, en un lugar que sería patio, ha quedado un fragmento de escalera exterior, aislado, que pertenecía a una parte del edificio totalmente desaparecido. El paramento de estos restos no difiere mucho del que observamos en las ruinas de la iglesia; las esquinas son de sillares. Puede pertenecer, también, al siglo XIV.
