La mañana de Pascua fue de carreras. Primero María Magdalena, luego Simón Pedro y el discípulo, que Jesús amaba tanto. Y la ciudad duerme!
Ahora bien, no se trataba de la noticia más inaudita? Ciertamente, pero el camino para acceder tiene un nombre: la fe, “creer”.
Así nos lo enseña la madre que no se cansa de hacer sonreír al hijo deficiente; el monje y la contemplativa que al amanecer repetirán: "Realmente el Señor ha resucitado"; o el joven que ha recibido el bautismo en la Vigilia Pascual; o el moribundo que ha preparado su paso a la vida eterna haciendo las paces con el hermano; o los presos que hacen lo que pueden para crear buena convivencia entre sus compañeros o compañeras.
Pongámonos, pues, en camino con todos ellos.
Ramon Oller Hereu, en "La Hoja Parroquial", Diócesis de Girona, 21/04/2019