En el desierto, cuarenta días expía,
por el corazón mezquino, el Cordero inmaculado.
Vivamos, hermanos, el tiempo que el cielo envía
de oración, ayuno y caridad.
Recibe, oh Trinidad, la fe sincera
de vuestro pueblo en la hora cuaresmal;
danos el perdón que el mundo espera
y un corazón puro por el sacramento pascual.
Amén.