DOMINGO XVI TIEMPO ORDINARIO (A)
Celebración a las 12:45 horas, cantada por los asistentes y con acompañamiento de órgano.
Como siempre, os agradecemos vuestra participación muy valiosa.
La comunidad cristiana de Sant Martí d'Empuries da la bienvenida y recibe con alegría a todos y cada uno de los visitantes y participantes de cualquier nacionalidad y religión.
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Lectura del santo Evangelio según San Mateo (Mt 13, 24-43).
En aquel tiempo Jesús propuso otra parábola a la gente: «El reino de Dios es semejante a un hombre que sembró buena semilla en un campo. Mientras sus hombres dormían, vino su enemigo, esparció cizaña en medio del trigo y se fue. Pero cuando creció la hierba y llevó fruto, apareció también la cizaña. Los criados fueron a decir a su amo: ¿No sembraste buena semilla en tu campo? ¿Cómo es que tiene cizaña? Él les dijo: Un hombre enemigo hizo esto. Los criados dijeron: ¿Quieres que vayamos a recogerla? Les contestó: ¡No!, no sea que, al recoger la cizaña, arranquéis con ella el trigo. Dejad crecer juntas las dos cosas hasta la siega; en el tiempo de la siega diré a los segadores: Recoged primero la cizaña y atadla en haces para quemarla, pero el trigo recogedlo en mi granero».Les propuso otra parábola: «El reino de Dios es como un grano de mostaza que toma un hombre y lo siembra en su campo. Es la más pequeña de todas las semillas; pero cuando crece es la mayor de las hortalizas y se hace árbol, de tal suerte que las aves vienen y anidan en sus ramas».Les dijo otra parábola: «El reino de Dios es semejante a la levadura que una mujer toma y la mete en tres medidas de harina hasta que fermenta toda la masa». Jesús decía a la gente todas estas cosas en parábolas, y no les decía nada sin parábolas, para que se cumpliera lo que había anunciado el profeta: Abriré mi boca para decir parábolas y publicaré lo que estaba oculto desde la creación del mundo. Jesús dejó a la gente y se fue a casa. Sus discípulos se le acercaron y le dijeron: «Explícanos la parábola de la cizaña del campo». Él respondió: «El que siembra la buena semilla es el hijo del hombre. El campo es el mundo. La buena semilla son los hijos del reino, y la cizaña son los hijos del maligno. El enemigo que la siembra es el diablo. La siega es el fin del mundo, y los segadores los ángeles. Como se recoge la cizaña y se quema en el fuego, así también será al fin del mundo. El hijo del hombre enviará a sus ángeles, que recogerán de su reino a todos los que son causa de pecado y a todos los agentes de injusticias y los echarán al horno ardiente: allí será el llanto y el crujir de dientes. Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre. ¡El que tenga oídos que oiga!»
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