Hoy es Domingo, el Día del Señor

Datos del evento
Tipo: 
Celebración
Fecha: 
27/02/2011 - 12:00

DOMINGO VIII DEL TIEMPO ORDINARIO

Misa a las 12 del mediodía, cantada por los asistentes y con acompañamiento de órgano.

Como siempre, os agradecemos vuestra participación muy valiosa.

La comunidad cristiana de Sant Martí d'Empúries da la bienvenida y recibe con alegría a todos y a cada uno de los visitantes y participantes de cualquier nacionalidad y religión.

 

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COMENTARIO:

Abandonados al Señor

Tengo un amigo que a los seguros los llama caparazones protectores. Me llama y me lo recuerda: "Con los caparazones protectores, duermo tranquilo". Y yo, que leo el evangelio, me digo: "Cuántos caparazones necesita el hombre creyente para apuntalar sus inseguridades"?.

Cada caparazón es una servidumbre. Y, hoy, la Palabra nos pide escoger amo. Porque el uno y el otro a la vez no puede ser. También nos habla de confianza. Una palabra bastante olvidada, especialmente cuando pintan bastos.

Conozco todavía a quien se da fervientemente a la lectura de libros especialmente escritos para encontrar seguridad en la vida: fortalecer la autoestima, arreciar el yo interior, consolidar la personalidad y, sobre todo, prevenir el infarto.

Por otra parte, de hace tiempo que se nos acusa a los cristianos de recurrir a la fe como aquél que toma un analgésico. Y tengo que reconocer que, a veces, nuestra fe en Dios, hasta la de los cristianos practicantes, da impresión que es más de contrato de seguro que de relación personal con el Señor, en el cual se descansa con toda el alma.

Vuelvo a leer el evangelio y confieso que no sé abandonarme a los brazos providentes del Padre. Porque siempre tengo comida cuando me arrecia el hambre, y más de cuatro vestidos, y casa y dinero y seguros ... Y también tengo la desazón, "propia de los paganos", a pesar de creer que Dios es mi Padre.

Conozco las interpretaciones tranquilizadoras: servir a Dios no excluye una economía realista, mientras los afanes no sean excesivos, ni me abandone a la ansiedad o a la codicia de acumular ... Pero lo que de verdad me falta es el coraje de Francisco de Asís. Y la libertad de Clara. Éste es el problema.