Padre,
como José, a menudo tengo miedo de aceptar
las realidades que no acabo de comprender.
Necesito que ilumines mi interior,
cómo lo hiciste con él, para que comprenda
que tu amor es tan grande que hace cosas
que los hombres no podemos comprender.
Que, como María y José, acoja tu Espíritu:
que me deje guiar por él y colabore contigo.
Que guarde en el corazón las maravillas de tu amor
y que, sin miedo, acoja Jesús en mi casa.
Que como José y María esté siempre disponible.
Josep Codina Farrés