Domingo, Marzo 20 2011

Esdeveniment
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Hoy es Domingo, el Día del Señor

Datos del evento
Tipo: 
Celebración
Fecha: 
20/03/2011 - 12:00

DOMINGO II DE CUARESMA

Misa a las 12 del mediodía, cantada por los asistentes y con acompañamiento de órgano.

Como siempre, os agradecemos vuestra participación muy valiosa.

La comunidad cristiana de Sant Martí d'Empúries da la bienvenida y recibe con alegría a todos y a cada uno de los visitantes y participantes de cualquier nacionalidad y religión.

 

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COMENTARIO:

Escuchad a mi Hijo amado

La Cuaresma es un viaje hacia la Pascua. También es un paradigma de la vida del creyente. Como lo es la de Abrahán, nuestro padre en la fe: "vete hacia el país que yo te indicaré".

Aunque resulte extraño a la mentalidad agnóstica de nuestros tiempos, Dios nos habla constantemente. Pero casi siempre lo hace desde el silencio. Sin decir nada. Sin ruido. De manera sorprendente y desconcertadora. Cambiando nuestros planes. Haciéndonos salir de nuestras seguridades. Deshaciendo nuestros proyectos. Por contra, con la vida ruidosa que llevamos, no es de extrañar nuestra sordera: "Dios no habla", oímos decir, y eso nos deja tranquilos.

La verdad de todo es que el silencio nos da miedo. Y nos da todavía más miedo su llamamiento. El riesgo de la quiniela del desierto, de la incertidumbre de haber-le de decir "sí" cada día. "Abrahán se fue tal como el Señor le había dicho": sin hacer ningún comentario. ¡Cuán dolorosos son abandonos! ¡Como cuesta arrancar la tienda cada día, como hacen los nómadas! Abrahán lo hizo en silencio.

Si hoy nosotros tuviéramos el coraje de hacer silencio y de parar el oído, en la Buena Nueva del Evangelio también descubriríamos la luz de la vida y de la inmortalidad, como Pablo y Timoteo. Es la misma luz que Pedro, Jaime y Juan vieron encima de la montaña, tan resplandeciente como el sol. Una luz que lejos de invitarnos a acampar, nos espolea a ponernos en camino, como han hecho todos los hombres de Dios.

Las palabras con qué Jesús se dirije a los discípulos embelesados y asustados, "Levantaos, no tengáis miedo", nos van como anillo al dedo a nosotros: ¡en nombre suyo pongámonos a andar! Al lado del Maestro. Para sacar el agua fresca de sus labios. Camino de Jerusalén. Donde habrá que cargar la cruz con Él. Y, si puede ser, sin decir nada, sin ruido.