Domingo, Octubre 3 2010

Esdeveniment
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Hoy es Domingo, el Día del Señor

Datos del evento
Tipo: 
Celebración
Fecha: 
03/10/2010 - 12:00

 

DOMINGO XXVII DE DURANTE EL AÑO

Misa a las 12 del mediodía, cantada por los asistentes y con acompañamiento de órgano.

Hoy es un día especial: la celebración de la Eucaristía la preside el obispo de la Iglesia, de Girona, Mons. Francesc Pardo Artigas. La parroquia le da la bienvenida.

Como siempre, os agradecemos vuestra participación muy valiosa.

La comunidad cristiana de Sant Martí d'Empúries da la bienvenida y recibe con alegría a todos y a cada uno de los visitantes y participantes de cualquiera nacionalidad y religión.

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COMENTARIO:

Como un grano de mostaza

¡Ni que fuera menuda como la semilla más pequeña, como la punta de una aguja, que poderosa es la fe! La fe que reposa en Vos, Señor; la que se fía de vuestra gracia; la que nos permite alzar la frente a pesar del tortuoso problema del mal, de la aterradora violencia y de la crueldad humana. La fe que, por encima de todo, confía en vuestra palabra: cuando la vida se nos vuelve desafable, la injusticia nos agobia y las contradicciones nos abaten. La fe que nos guarda cerca de Vos, Dios misericordioso, aunque nuestra vida se deshilache como una vieja estera, o la enfermedad nos golpee, o las pérdidas y las desgracias nos chafen. Cuándo no entendamos que tardéis tanto a manifestaros y se nos haga tan larga la espera, que nuestra diminuta fe no busque ninguna otra seguridad que vuestro rostro, Señor de la vida, y que no pierda nunca la paciencia, la calma, la paz del alma, la confianza en vuestra promesa y la esperanza firme en Vos.

Que nuestra minúscula fe persevere: avivada como una llama al abrigo de vuestras manos. Que queme como la lámpara encendida por el Espíritu y se purifique, para que seamos testigos vuestros por la causa del evangelio. Que el precioso tesoro nos haga valerosos. Que la fidelidad de Cristo se nos contagie. Que sepamos transmitirla íntegra, jubilosa y con amor. Aunque la obra del Evangelio nos lleve sufrimientos.

Cuándo todo eso se cumpla, que sepamos reconocer la gratuidad de vuestro don. El regalo incomparable de vuestro amor. El signo inmenso que nos da la condición de hijos, ya que somos sirvientes sin ningún mérito. Y, sobre todo, que siempre os demos gracias.

Y si queréis operarios para vuestro campo, Señor, aquí nos tenéis, sirvientes inútiles a vuestra disposición, a cambio que aumentéis nuestra fe.