Sábado, Agosto 15 2009

Esdeveniment
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La Asunción de la Virgen María

Datos del evento
Tipo: 
Celebración
Fecha: 
15/08/2009 - 12:00

 

HOY CELEBRAMOS LA FESTIVIDAD DE LA ASUNCIÓN DE LA VIRGEN MARÍA AL CIELO. 

Misa a las 12 del mediodía, cantada por los asistentes y con acompañamiento de órgano, violín y guitarra.

Como siempre, os agradecemos vuestra participación muy valiosa.

La comunidad cristiana de Sant Martí d'Empúries da la bienvenida y recibe con gozo a todos y a cada uno de los visitantes y participantes de cualquier nacionalidad y religión.

 

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COMENTARIO:

La Iglesia celebra, hoy, con gran gozo la solemnidad de la Asunción de la Virgen Maria.

Y nos invita a contemplar una doble realidad. De una banda, Santa Maria gloriosa en la participación definitiva en la Pascua de Jesucristo; y, de otra, la plenitud a que estamos destinados nosotros mismos. Por eso pedimos vivir, como la Virgen de Natzaret, "siempre orientados hacia Dios, tendiendo con el corazón y la inteligencia a vivir según la palabra divina para poder llegar a la gloria donde ha llegado ya la Madre de Dios.

El motivo de gozo de la solemnidad de hoy es, por lo tanto, también doble: la glorificación de Maria y la vocación que hemos recibido a vivir eternamente felices. Una vocación dirigida a toda la humanidad. Viendo a Maria en la gloria de Cristo, vemos cuál es la grandeza del ser humano, cuál es su dignidad y cuál es el destino de su existencia. Y, en hacernos conscientes, vemos, todavía, cuál es el amor de Dios para cada ser humano.

Los textos litúrgicos de la solemnidad nos remarcan que no sólo nos hemos de alegrar por las maravillas obradas en María, en su vida y en su Asunción, sino también de lo que esta Asunción significa para nosotros. Porque, si procuramos acoger, meditar y poner en práctica la Palabra de Dios al estilo de Santa María, también podremos "participar de su glòria en el Reino celestial de Cristo; tal como lo pide hoy repetidamente la liturgia (oración colecta). Por eso, conscientes de nuestra fragilidad y de nuestra inconstancia, tenemos que pedir, también, tal como haremos al momento de prepararnos para la oblación eucarística, que "nuestros corazones" sean "abrasados" en el amor del Padre para que "vivamos siempre orientados" hacia él (oración sobre las ofrendas). Orientados hacia Dios y con el rescoldo del amor, podremos seguir espiritualmente el camino que ha recorrido la Madre del Señor hasta el final.

Así lo rogaremos, todavía, una vez hayamos recibido el sacramento salvador del Cuerpo y de la Sangre de Cristo, cuando pedimos que "por la intercesión de la Virgen María, subida al cielo, podamos llegar a la gloria de la resurrección" (postcomunión).

(Extracto de la Abadía de Montserrat, 2008).