El convento de monjes Servitas de Santa María de Gracia d'Empúries fue fundado el año 1605 en una ermita ya existente con esta dedicación: “la casa capella y Ermita de Nostra Señora de Gratia”, según se menciona en el documento de fundación.

El año 1601 en la capilla de Santa María de Gracia había un beneficio (cargo que la Iglesia confiere canónicamente, al que va aneja una renta). Según una noticia, de autenticidad dudosa, esta capilla ya existía el año 1381. La imagen que se veneraba era de barro cocido, tenía tres palmos de altura y sostenía el hijo, que estaba desnudo, con el brazo derecho.

Un autor cuenta la curiosa leyenda, según la cual la imagen de la Virgen de Gracia fue traída por los ángeles a Empúries desde un pueblo de Castilla, donde no la trataban suficiente bien. Los vecinos d'Empúries, cuando la encontraron, erigieron la ermita, que años más tarde se convertiría en convento de los servitas.

El convento rozaba las ruinas de la Neápolis griega, a poniente. Su iglesia era un edificio rectangular de grandes proporciones, con contrafuertes en los muros laterales, construido con piedras sin trabajar y argamasa. La comunidad monástica se extingguió el año 1835. Después, al no haber ninguna orden religiosa más, quedó en ruinas.

Por los años 1914-1916, Puig y Cadafalch hizo restaurar el convento de frailes Servitas, en el centro de la zona en excavación, para convertirlo en museo monográfico.

En la actualidad parte de la estructura de la iglesia se conserva y sirve de sala del Museo Arqueológico de Catalunya-Empúries.

Es curioso constatar que el convento de los servitas ya tenía un precedente museístico. A principios del siglo XIX, uno de los frailes, el padre Romeu, se había dedicado a recoger los objetos que aparecían en los alrededores y había formado una colección de antigüedades. Las vieron J. Villanueva y Jaubert de Passa, quienes hacen mención de ellas en sus obras.

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