Tenía ganas de conocer por dentro la iglesia de Sant Martí d’Empuries. Parto del hecho de que la zona entre L’Escala y Sant Martí es de los lugares preferidos por un servidor. Un paseo magnífico que transcurre entre las ruinas de la antigua Ampurias y un Mediterráneo que en días como hoy embriaga de puro azul. El paseo, entre frondosos árboles, junto a las dunas que se van rehabilitando, y enmarcado por el mar y la historia, es de lo más gratificante que conozco. Sant Martí es un coqueto pueblo, pleno de historia, cuidado al máximo, y con un templo parroquial que asombra y atrae como imán sacado del pasado. La fachada regia, con una espadaña siempre inacabada como curiosamente la mitad de las torres de iglesia de la zona. Misterios que espero que un día alguien me explique.

Hace unos días ya estuve por allí. Y me fijé en la hora de misa del domingo. Así que he escuchado misa en ese precioso templo y he contemplado su interior. Mi impresión es que se ha hecho una espléndida restauración. Un templo que ahora celebra su quinto centenario y que luce su arquitectura de forma correcta, cuidada, y ordenada para un culto católico digno.

Pero me ha agradado tanto como la restauración, el cuidado de los responsables de la parroquia para que pudiéramos celebrar la misa con toda dignidad. Libros de cantos en la entrada, libros por cierto con el ordinario de la misa en catalán, castellano y latín, un cartel con los números de las canciones, una organista discreta y eficacísima y un cantor que ha sabido hacernos participar con decisión y buen hacer. Perfectamente proclamadas las lecturas. Y un monitor que no soltaba morcillas, sino moniciones precisas, preparadas, leídas con decoro. Otra lectora proclamó la oración de los fieles. Y un seglar colaboró en la distribución de la comunión. Entendí lo que pude la homilía en catalán, sencilla, correcta, con buenas ideas. Incluso quiero agradecer que en la mesa de la entrada dejaran a nuestra disposición folletos con la historia del templo y unas hojas con la página web y el correo de la parroquia.

Pues he salido contento de la misa. Hasta una buena señora me ha ofrecido la posibilidad de proclamar una lectura. Ya le dije que mi catalán era más que escaso, casi nulo. Pero es un detalle que se agradece, porque eso significa que no nos conformamos con lo de siempre, sino que la parroquia se abre a los que vamos llegando.

Por cierto, os dejo la página web de la parroquia: http://www.parroquiaempuries.org/

Ya iré contando más cosas. Hoy he celebrado la Eucaristía con una parroquia cuidada, en una asamblea numerosa, participativa. Y ha sido una gran experiencia.