A las 5 de la tarde:

Celebración comunitaria de la Penitencia.

Celebración de la Cena del Señor.

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COMENTARIO:

Cada vez que la Iglesia se reúne para celebrar la Eucaristía -y hoy de una manera especial- se refleja en la cena pascual de Jesús con los discípulos y en todo el significado que nos transmite. Cada Eucaristía es signo del amor generoso de Jesús vivido hasta las últimas consecuencias. Signo de comunión entre todos los hermanos y hermanas reunidos, y de todos nosotros con Aquel que está sentado en la cabecera.

Cada Eucaristía debe hacer resonar en la asamblea la pregunta de Jesús: "¿Comprendéis lo que acabo de hacer?". Y nos debe cuestionar si nuestra comunión con Cristo es real, es decir, si nos hace personas servidoras, generosas, portadoras de paz, testigos, como él, de la fuerza transformadora del amor de Dios.

Cada Eucaristía nos ha de ayudar a vencer el "diablo" que nos pone en el corazón actitudes poco cristianas. Como Pedro, como Judas, como los otros discípulos, todos las sufrimos estas tentaciones.

¿Cómo deberían ser nuestras celebraciones y nuestra vida para ser verdaderamente fieles a la tradición que hemos recibido del Señor?