Domingo, Febrero 13 2011

Esdeveniment
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Hoy es Domingo, el Día del Señor

Datos del evento
Tipo: 
Celebración
Fecha: 
13/02/2011 - 12:00

DOMINGO VI DEL TIEMPO ORDINARIO 

Misa a las 12 del mediodía, cantada por los asistentes y con acompañamiento de órgano.

Como siempre, os agradecemos vuestra participación muy valiosa.

La comunidad cristiana de Sant Martí d'Empúries da la bienvenida y recibe con alegría a todos y a cada uno de los visitantes y participantes de cualquier nacionalidad y religión.

 

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COMENTARIO:

Bienaventurados los que buscan la voluntad de Dios

El sermón de la montaña de Mateu invita al discípulo de Cristo a introducirse en un mundo nuevo: el de la adhesión a la voluntad de Dios. Es el mundo de la interiorización de la fe. De dejar aparte los formalismos. Los cumplimientos de las leyes y de las normas por pura disciplina, por inercia, porque lo dice la regla. 

El mundo de la interiorización tiene un recorrido infinito, durante el cual a cada paso puede escucharse la resonancia de aquella bella palabra, a veces no lo bastante bien entendida: Bienaventurados ... bienaventurados ... bienaventurados ...

En la nueva ley no caben las imposiciones, el código que regula las reglas de juego, los mandamientos escritos en piedra. Sólo se vale la invitación cordial y sincera, el llamamiento amoroso, el ofrecimiento evocador. Por eso, de la respuesta decimos seguimiento.

El seguimiento al llamamiento, cuándo es de verdad, siempre se encuentra dentro del ámbito del amor. Y el amor exige libertad. Para poder escoger el fuego y la vida. El emblema del Espíritu Santo. Que es quien nos hace llamar el nombre más bello de todos los nombres: ¡Abbà, Padre!

La ley de Cristo es la ley del amor. Y la ley del amor es pura radicalidad. Una palabra que si no nos gusta mucha quizás es porque amamos poco. Porque si amáramos como Él nos ama nunca encontraríamos que su exigencia fuera excesiva. Y sino, sólo hace falta que demos un paseo por la vida de los santos.

Aprender a amar. A decir "sí". A ponernos cada día en manos de Dios y pedir al Espíritu Santo la gracia de saber descubrir su voluntad. Y seguir su camino, con "una fe lo bastante madura" como para aprender la "sabiduría que no es del mundo presente". Y todo por amor.