LA CONCEPCIÓN INMACULADA DE SANTA MARIA VIRGEN 

Misa a las 12 del mediodía, cantada por los asistentes y con acompañamiento de órgano.

Como siempre, os agradecemos vuestra participación muy valiosa.

La comunidad cristiana de Sant Martí d'Empúries da la bienvenida y recibe con alegría a todos y a cada uno de los visitantes y participantes de cualquiera nacionalidad y religión.

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COMENTARIO:

María, llena de gracia 

El Verbo hecho carne en el seno de la Virgen, el único "lleno de gracia y de verdad" (Jn 1,14), ha llenado en abundancia María de todas las gracias. Tocada por la sombra del Altísimo se ha convertido en templo del que por ella había de venir al mundo.

La gracia siempre va primero, pero exige una respuesta: la respuesta del amor al Amor. María, la joven nazarena, es el ejemplo perfecto del sí que debe pronunciar la fe del creyente. Por eso es aclamada bienaventurada y bendita entre todas las mujeres, y proclamada figura de la Iglesia que peregrina en la tierra hacia la Patria prometida.

Aceptando libremente ser la esclava del Señor, invertirá toda su vida en servir confiadamente y por amor a aquel que tomó la condición de servidor (Flp 2,7). Así, la fe de María deberá progresar a través de la oscuridad y la angustia, y será sometida a la prueba decisiva cuando acompañe Jesús, su hijo, hasta la cruz.

El dogma de la Inmaculada fue definido por el papa Pío IX, el 8 de diciembre de 1854, en estos es: "... la bienaventurada Virgen María en el primer instante de su concepción, por una gracia singular de Dios y por privilegio, en vista de los méritos de Jesucristo, Salvador del género humano, fue preservada de toda mancha de pecado original ... " (Bula Ineffabilis Deus).

Un siglo largo después, el Vaticano II expresó así el misterio: "... la Madre de Dios, toda santa y preservada de toda mancha de pecado, como si hubiera sido amasada por el Espíritu Santo.  Enriquecida con los resplandores de una santidad totalmente singular desde el primer instante de su concepción ... " (Lumen Gentium, n. 56).

Demos gracias al Señor por la obra tan bella y singular de María, Madre de Dios y Madre de la Iglesia.