Domingo, Diciembre 25 2011

Esdeveniment
« anteriorDomingo, Diciembre 25 2011siguiente »
Key 1

Hoy es Domingo, el Día del Señor

Datos del evento
Tipo: 
Celebración
Fecha: 
25/12/2011 - 12:00

NATIVIDAD DEL SEÑOR  

Misa a las 12 del mediodía, cantada por los asistentes y con acompañamiento de órgano.

Como siempre, os agradecemos vuestra participación muy valiosa.

La comunidad cristiana de Sant Martí d'Empúries da la bienvenida y recibe con alegría a todos y a cada uno de los visitantes y participantes de cualquiera nacionalidad y religión.

 

                                                   *  *  *  *  *

COMENTARIO:

Nos ha nacido un niño

Para que podamos amarle, Dios se hace niño. Para que podamos entenderle, Dios se hace como uno de nosotros Para que podamos escucharle, Dios se hace Palabra. Para que podamos seguirle, Dios se deja fajar. Para que podamos encontrarle, Dios nos espera en brazos de María.

Navidad es una llamada a todos los hombres a vivir con Dios y dejar que Dios viva en medio de nosotros. Navidad es la manifestación del amor ilusionado de Dios que, año tras año, no se cansa de llamar a nuestra casa para hacer estancia. Si nos ponemos a la escucha experimentaremos su amor y aprenderemos a amarnos entre nosotros, el don de su paz planeará dentro de nosotros y, como un rastro, se derramará su fragancia por todo el camino.

Navidad, pues, es hacer camino con Dios. Mejor dicho, es dejar que Dios haga camino con nosotros. Centrando nuestra mirada sobre el niño que nos ha nacido, que nos trae la salvación de Dios, la vida nueva que nos es regalada y que depende de cada uno de nosotros de abrazarla y vivirla con dignidad. Sólo así nuestros ojos podrán contemplar el Emmanuel, sólo así Dios podrá quedarse entre nosotros.

Hay dos señales muy fiables de saber si nuestro corazón está en sintonía con la Navidad de Dios, si hemos sido acogedores de su regalo, si su bondad nos ha empapado corazón adentro y nos hemos dejado amar de verdad por su amor inmenso. La primera es la alegría que se desborda y se vuelve alabanza incontenible, es aquel estado de gratitud y contemplación inenarrable que hace cantar el Magnificat a María o hace bailar alocadamente al Pobrete de Asís. La segunda señal es más sutil y nada ruidoso: es la necesidad de comunicarlo, de compartirlo con todos, de anunciar a los demás, especialmente a los que aún no lo conocen, es el deseo de verdadera Navidad para todos los hombres y mujeres de buena voluntad.