DOMINGO I DE ADVIENTO 

Misa a las 12 del mediodía, cantada por los asistentes y con acompañamiento de órgano.

Como siempre, os agradecemos vuestra participación muy valiosa.

La comunidad cristiana de Sant Martí d'Empúries da la bienvenida y recibe con alegría a todos y a cada uno de los visitantes y participantes de cualquiera nacionalidad y religión.

                                                   *  *  *  *  *

COMENTARIO:

Tiempo decisivo

El adviento que hoy comienza es un grito vigoroso a la esperanza. Es la llegada desbordante de un torrente de aire nuevo y fresco que quiere barrer todos los miedos y alejar nuestras tibiezas, holgazanerías, mezquindades, fraudes y cobardías.

El Adviento también nos recuerda nuestra condición de peregrinos. Es urgente no perder más tiempo, que cada instante es precioso, y un regalo de Dios, y una prueba de su confianza. Y este momento presente es tan importante que no podemos dejarlo pasar con banalidades, distraídos o indolentes, sin llenarlo de lo que Él nos pide. Avanzemos hacia el día decisivo, hacia el instante de la verdad y la hora menos pensada. Y tenemos que estar atentos, vivir despiertos, y ponernos decididos a caminar.

Jesús nos pone en guardia, nos advierte para que nos hagamos responsables de las tareas que nos ha confiado el Amo: todos hemos recibido las nuestras y, a los ojos de Dios, ninguna de ellas es insignificante, sino muy valiosas y apreciadas si las hacemos para servirle con amor y confiados de hacer su voluntad.

El tiempo urge: los seguidores de Jesús tenemos el magnífico privilegio de creer y saber que, todas las horas de cada día pueden convertirse en instantes de eternidad. Y eso, lejos de evadirnos, nos debe comprometer más y más en la reconstrucción de nuestro mundo, en el esfuerzo por mejorar la realidad de los más desfavorecidos, defender la justicia de los humildes y la dignidad de las víctimas de abusos y explotación, poniéndonos como Jesús junto a los pequeños de esta tierra.

Adviento, tiempo decisivo para empezar de nuevo y renovarnos, para dejarnos penetrar por la mirada salvadora del Señor que nos ama con locura. Tiempo de oración fuerte, de silencio interior para hacer caso a la llamada de vivir en comunión con Jesucristo y, con la ayuda del Espíritu Santo, podernos presentar cada día ante el Señor con la hoja de servicio responsable.