DOMINGO XXII DEL TIEMPO ORDINARIO 

Misa a las 12 del mediodía, cantada por los asistentes y con acompañamiento de órgano.

Como siempre, os agradecemos vuestra participación muy valiosa.

La comunidad cristiana de Sant Martí d'Empúries da la bienvenida y recibe con alegría a todos y a cada uno de los visitantes y participantes de cualquiera nacionalidad y religión.

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COMENTARIO:

Como un fuego que quema, como un incendio que devora

Jeremías se queja al Señor porque le ha seducido con el halago de su Palabra y eso le llevó a ser el hazmerreír de todos. Quiere renunciar a escuchar la Palabra de Dios por causa de los escarnios que debe soportar, pero no puede hacerlo porque su corazón se ha vuelto un incendio que ya no se puede detener.

San Pablo sufre la misma seducción y experimenta igualmente el fuego que arde: el amor entrañable de Dios. Y, lejos de renunciar, se da a corazón que quieres, ofreciéndose enteramente todo él, como una víctima viva, santa y agradable. Y eso mismo pide que hagan sus hermanos de Roma, porque en eso consiste, precisamente, el culto verdadero al Dios viviente y Padre nuestro.

A los que hoy escuchamos la Palabra y queremos abrirle el corazón, también quizás experimentaremos la seducción, el enamoramiento, una poderosa luz que nos invita a hacer camino. Decididamente, abracémosla. No le cerremos la puerta. Abandonémomos confiadamente en las manos de Dios, para que pueda hacer su obra en nosotros.

Y cuando venga el cansancio, la rutina, la lasitud y la tentación de amoldarse a la manera de vivir nuestro mundo, entonces más que nunca debemos pedir al Espíritu Santo que nos devuelva el gusto de la Palabra, para transformar y renovar nuestra manera de ver las cosas, y poder reconocer cuál es la voluntad de Dios.

Para los discípulos fue fácil y estimulante seguir a Jesús hasta que llegó el día de ir a Jerusalén. La cruz y el sufrimiento no suelen entrar en nuestros proyectos, pero sí en los "planes" de Dios.

Y ahora nos hace falta a nosotros abrir de par en par el corazón y escuchar la voz seductora de Jesús, que nos dice: Voy a Jerusalén, quieres venir conmigo? ¿Quieres ayudarme a llevar la cruz? ¿Quieres acompañarme camino del calvario? Quieres? Pues, niégate a ti mismo y ruega para discernir cuál es la voluntad de Dios.