DOMINGO VI DE PASCUA 

Misa a las 12 del mediodía, cantada por los asistentes y con acompañamiento de órgano.

Como siempre, os agradecemos vuestra participación muy valiosa.

La comunidad cristiana de Sant Martí d'Empúries da la bienvenida y recibe con alegría a todos y a cada uno de los visitantes y participantes de cualquiera nacionalidad y religión.

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COMENTARIO:

Compartir los sufrimientos de Cristo

Desde su nacimiento la Iglesia se nos presenta como una comunidad eminentemente misionera. Es uno de sus rasgos distintivos. Felipe, el segundo de los siete escogidos para servir a las mesas de los pobres (el verbo 'servir', en griego 'diaconein', da nombre al diácono), se nos ofrece de ejemplo. Dócil al Espíritu Santo, deja el trabajo de las mesas y se va a llevar la buena nueva del evangelio a los samaritanos, hermanos de raza y de religión de los judíos, pero excluidos desde hacía siglos de la comunidad de Israel.

Eran tiempos de persecución y turbulencias en la iglesia de Jerusalén, pero no de temor ni de cobardía; sino que al contrario, confiaban en la fuerza del Paráclito que no dejaba de suscitar vocaciones para anunciar la Palabra, de llamar trabajadores para la viña de Padre. Y Felipe se presta diligente.

¡Cuánta luz en este breve fragmento de los Hechos! La Iglesia comparte con Cristo su cruz y sus sufrimientos, pero lejos de cerrarse o replegarse temerosa, se pone al servicio del Espíritu y se deja conducir por los nuevos e imprevistos caminos. Y he aquí que los excluídos, heréticos y marginados son los nuevos destinatarios del evangelio. Y todo se convierte en liberación y en una gran alegría.

Tenemos que retener estas dos palabras, frutos verdaderos de la acción de Dios: liberación y alegría.

La Iglesia de Cristo, destinada a compartir sus sufrimientos desde la fe pascual, como nos advierte la carta de san Pedro, es la que sufre persecución; la que vive atenta la escucha del Espíritu y hace caso; la que lleva la buena nueva de la libertad; la que sirve sin prejuicios los excluidos; la que causa una gran alegría por allí donde pasa; y, finalmente, la que lleva el Espíritu Santo.

Jesús en su plegaria sacerdotal del evangelio de hoy pide al Padre para todos nosotros la vida eterna, que consiste en conocer a Dios y conocer a Jesús. Y a los que hemos recibido esta gracia y la hemos guardado, Jesús dice que somos su gloria. ¡Qué honor y cuánta responsabilidad!

Marc Deusedes Viñas, de Torroella de Montgrí.

¡ La enhorabuena a sus padres Josep M. y Eva y familiares !