« anterior | Domingo, Diciembre 26 2010 | siguiente » |
---|
Key 1
Hoy es Domingo, el Día del Señor
FIESTA DE LA SAGRADA FAMILIA Misa a las 12 del mediodía, cantada por los asistentes y con acompañamiento de órgano. Como siempre, os agradecemos vuestra participación muy valiosa. La comunidad cristiana de Sant Martí d'Empúries da la bienvenida y recibe con alegría a todos y a cada uno de los visitantes y participantes de cualquiera nacionalidad y religión. * * * * * COMENTARIO: La casa de Nazaret Enfrascados en profundidades de sabios, con demasiada frecuencia olvidamos que Jesús vivió treinta años en Nazaret, en el seno de una familia. Que experimentó nuestra condición humana en el campo específico de un hogar muy humilde, durante la mayor parte de su vida. Que creció, aprendió a hablar, a trabajar, a rogar y amar. Que asimiló los valores de su ambiente, las costumbres de su gente, sus problemas, sus alegrías y fiestas, compartiendo su suerte. Y lo que es más importante: Jesús durante este largo tiempo de “vida oculta” nos revela el rostro de su Padre y se hace viva presencia del amor de Dios. De tal manera que es en la casa de Nazaret donde tenemos que girar la mirada si queremos encontrarnos con la “palabra silenciosa” que transfigura y diviniza nuestra humanidad. Nazaret es una invitación exquisita a la contemplación. Una contemplación no hecha de éxtasis o prontos místicos, sino de amor y caridad, de entrega generosa y alegre, de sacrificio y donación, de paciencia y servicio, de comprensión y respeto, de serenidad y tolerancia. Y todo esto con los de casa, con los nuestros, con la familia que Dios nos ha dado, ensayando una y mil veces de pedir perdón y perdonar, que es fuente de alegría. Es dentro de nuestra familia o comunidad donde tenemos que aprender el mandamiento del amor y ensayar las bienaventuranzas. Y a tener “los sentimientos propios de escogidos de Dios, santos y estimados: compasión, bondad, humildad, serenidad, paciencia, generosidad...” Porque, habiéndonos ejercitado cada día en la práctica doméstica, podamos salir de casa y extender nuestra caridad a todos los otros hombres y mujeres que nos necesiten. Hace falta no olvidar nunca que este programa comporta la exigencia de la plegaria, la acción de gracias y la meditación de la Palabra en familia, como bien seguro se hacía en Nazaret |