Domingo, Agosto 1 2010

Esdeveniment
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Hoy es Domingo, el Día del Señor

Datos del evento
Tipo: 
Celebración
Fecha: 
01/08/2010 - 12:00

 

DOMINGO XVIII DE DURANTE EL AÑO 

Misa a las 12 del mediodía, cantada por los asistentes y con acompañamiento de órgano.

Como siempre, os agradecemos vuestra participación muy valiosa.

La comunidad cristiana de Sant Martí d'Empúries da la bienvenida y recibe con alegría a todos y a cada uno de los visitantes y participantes de cualquiera nacionalidad y religión.

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COMENTARIO:

Por una vida escondida en Dios

Nosotros también vamos errados si en nuestra vida no hay una abundosa cosecha de amor generoso, de servicio y acogida, y de alegría serena que descansa en la inmensa libertad de entregarse con cuerpo y alma a la voluntad del Padre. ¡Ay de nosotros, si se nos hace de noche con ausencia de amor, de caridad en nuestros libros contables! ¡Si cuando nos reclamen la deuda de la vida nos hemos equivocado clamorosamente de riquezas!

La diferencia es bien simple: acumular riquezas para mí o buscar de abrir el corazón para que sea Dios quien lo llene de sus tesoros, escondidos a los ricos y poderosos de este mundo. Las seguridades no vienen de aquello que podamos acumular, sino de los valores que adquiere nuestra vida cuando se toma seriamente el camino del Evangelio. Cuando se esfuerza para seguir a Jesús. Para convertir en alimento la Palabra. Y entra en el Reino de Dios para hacerlo presente en la vida de los que quieran abrirle las puertas.

Enfrente de la manera de vivir aceptada convencionalmente por todo el mundo, Jesús nos invita a dar una respuesta radical: ¡cambiad vuestro corazón, vuestro pensamiento y el vuestro proceder en el nivel más profundo de vuestra persona, allí donde se decide la vida entera! Entrad en el proyecto de Dios que ofrece su amor compasivo a todo el mundo, sin mirar los méritos de nadie. Dejaos transformar por el Espíritu Santo. Intentad vivir bajo la presencia amorosa del Padre. Confiad en la fuerza salvadora de Dios. No pongáis más obstáculos ni resistencia en su obra de amor, donde todo el mundo es invitado. Digámoslo con palabras de Pablo: dejemos radicalmente la vida del "hombre viejo" y emprendamos la del "hombre nuevo", escondida en Dios, dónde Cristo cada día nos resucita.