Domingo, Marzo 7 2010

Esdeveniment
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Hoy es Domingo, el Día del Señor

Datos del evento
Tipo: 
Celebración
Fecha: 
07/03/2010 - 12:00

 

DOMINGO III DE CUARESMA

Misa a las 12 del mediodía, cantada por los asistentes y con acompañamiento de órgano.

Como siempre, os agradecemos vuestra participación muy valiosa.

La comunidad cristiana de Sant Martí d'Empúries da la bienvenida y recibe con alegría a todos y a cada uno de los visitantes y participantes de cualquiera nacionalidad y religión.

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COMENTARIO:

  Dios espera una respuesta

  En plena Cuaresma, topamos de frente con la temática propia del tercer evangelio: la misericordia. Dios nos llama a la conversión. Quiere liberarnos de nuestras prisiones, como lo hizo con su pueblo. Quiere romper las cadenas que nos oprimen, los yugos que nos explotan, las servidumbres que nos atenazan. Pero no puede hacer nada sin nosotros.

  Si no queremos escuchar, si no queremos hacerle caso, si no lo dejamos hacer, si no sabemos decir como Moisès: "aquí me tenéis", Él no podrá sacarnos de nuestro Egipto, ni revelarnos qué quiere de nosotros, ni nos podrá indicar nuestra misión. Seremos como la higuera plantada con amor en su viña que, año tras año, se obstina en la esterilidad. Seremos su decepción. Su desengaño.

  "Córtala de una vez", dice el amo. Suerte tenemos que nuestro "viñador" no se cansa nunca de trabajar, que no deja de interceder constantemente por nosotros delante del Padre, porque sabe que su corazón "es compasivo y benigno, lente para el castigo, rico en el amor". Y pide que se prolongue su paciencia, que se alargue un año más su misericordia.

  Porque sabemos que ni nuestra indiferencia, ni nuestros pecados, ni nuestras alevosías pueden vencer su amor, tenemos el peligro de dejar escapar una nueva oportunidad. Y de no hacer caso de este tiempo de amor que nos vuelve a regalar al Señor para dar frutos. Y nos puede pasar como los cristianos de Corinto, de no tener en cuenta los ejemplos del pasado, ni las advertencias; de creer que tenemos un seguro que nos dispensa de vigilar, de pedir perdón, de rogar, de abrirse a la escucha filial y amorosa, de ponernos en sus manos.

  Decidámonos a dar frutos y hagamos que su espera no sea inútil.