Domingo, Febrero 28 2010

Esdeveniment
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Hoy es Domingo, el Día del Señor

Datos del evento
Tipo: 
Celebración
Fecha: 
28/02/2010 - 12:00

 

DOMINGO II DE CUARESMA

Misa a las 12 del mediodía, cantada por los asistentes y con acompañamiento de órgano.

Como siempre, os agradecemos vuestra participación muy valiosa.

La comunidad cristiana de Sant Martí d'Empúries da la bienvenida y recibe con alegría a todos y a cada uno de los visitantes y participantes de cualquiera nacionalidad y religión.

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COMENTARIO:

   La realidad de la cruz.

   Los creyentes siempre tenemos que hacer camino a oscuras. Con las pequeñas luces que nos regala la esperanza, claro está, y mirando al cielo, como hacía Abrahán por las noches, en medio del desierto, a pie de tienda, intentando contar las estrellas. Somos hijos de la promesa. De un Dios que es de fiar porque hemos conocido con qué locura nos ama.

  Hacer camino llevando con cuidado el tesoro de la luz prometida es configurar nuestra vida con la de Jesús y con su misterio pascual. He aquí la gran revelación del evangelio de hoy: se tiene que cumplir el traspaso del Cristo en Jerusalén para ver de nuevo su gloria. Por lo tanto, hay que recorrer el camino amoroso de la obediencia al Padre, el paso por la humillación, el sufrimiento y la muerte. No hay ningún otro: y, si queremos seguirlo, hacernos discípulos suyos y escucharlo, también nosotros tendremos que pasar la prueba.

  La prueba es un gran misterio que pide dos condiciones: La primera, la fe: fiarnos de la Palabra, confiar de corazón, depositar la vida, como Abrahán, sin ninguna otra realidad donde pegarse que las pequeñas chispas del cielo en la noche del desierto. LA segunda es el amor: como Jesús, en el tenebroso camino del Calvario y en el abandono de la cruz, poniéndose de forma amorosa en manos del Padre. Como Él, también nosotros tenemos que emprender el mismo itinerario y hacernos amigos de su cruz; así nos lo pide san Pablo, "con lágrimas en los ojos".

  Si de verdad quieres hacer Cuaresma, con la fuerza del Espíritu, ejercítate cada día en lo más profundo de tu corazón en estas dos prácticas: la fe confiada en Jesucristo y el amor filial en el Padre. Trata de configurar toda tu vida, todos sus acontecimientos, todas las esperanzas. Que sean el pentagrama para saber interpretar la voluntad de Dios.