Martes, Diciembre 8 2009

Esdeveniment
« anteriorMartes, Diciembre 8 2009siguiente »
Key 1

Fiesta de la Purísima

Datos del evento
Tipo: 
Celebración
Fecha: 
08/12/2009 - 12:00

CELEBRAMOS HOY LA FESTIVIDAD DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE MARÍA.

Misa Solemne a las 12 del mediodía. Cantada por los asistentes y con acompañamiento de órgano.

Como siempre, os agradecemos vuestra participación muy valiosa.

La comunidad cristiana de Sant Martí d'Empúries da la bienvenida y recibe con alegría a todos y a cada uno de los visitantes y participantes de cualquiera nacionalidad y religión.

 

                                              *  *  *  *  *

COMENTARIO:

  Maria, fuente de esperanza

  Camino de Navidad, como cada año, María nos sale al encuentro. Nos quiere ayudar a descubrir la acción de Dios en cada uno de nosotros. A disponernos para acoger al Señor. A saber "ver" con los ojos de la fe la salvación de Dios que, nuevamente, llama a nuestra puerta. Y a abrirle de par en par nuestro corazón

  La disposición requiere sobre todo plegaria, y silencio interior, y contemplación. Cosa nada fácil en medio de estos días chillones y de tráfico intenso. Pero si, como María, nos ponemos en manos del Espíritu Santo, la obra de Dios hará vía en nosotros. Si le mostramos nuestra predisposición, Él hará el resto.

  Y sus frutos serán portadores de esperanza, causa de la verdadera alegría, de saber que nos sostienen las manos de Dios y que fiarse de Él es el paso más decisivo de nuestra vida.

  Para que se cumpla en cada uno de nosotros este proyecto de Dios, será necesario mostrar nuestra total confianza y, con la ayuda de la Madre de Jesús, que es también madre nuestra, saber pronunciar el "sí" de cada día: que su voluntad sea cumplida, que se haga presente su Reino y que todo el mundo pueda ver el amor y la salvación de Dios.

  Nos tendríamos que convencer del valor de la respuesta de María y hacer plegaria constante: Que se cumplan en mí tus palabras. Que se haga tal como Tú quieres. Porque es lo mejor para nosotros, aquello que Dios nos ha preparado expresamente, el único camino de la dicha, que nos permite continuar su obra salvadora en medio del mundo.